Entrada: Cómo movilizar equipos ágiles desde el Liderazgo Adaptativo

Cómo movilizar equipos ágiles desde el Liderazgo Adaptativo

Los cambios organizacionales traen consigo desafíos “técnicos” y “adaptativos”. Lo técnico tiene que ver con problemas claramente identificables, cuya solución es conocida y su efectividad está probada, como un doctor que receta paracetamol para bajar la fiebre. Los desafíos adaptativos en cambio conllevan un alto grado de incertidumbre y su resolución implica aprendizaje y cambio a nivel de hábitos, creencias y comportamientos en las personas.

La trampa está en tratar desafíos adaptativos como desafíos técnicos, como por ejemplo, al pretender que las personas se vuelvan más “colaborativas“, sólo por eliminar los cubículos e instalarlas en plantas libres.

Un ejemplo de esto es el movimiento hacia una cultura ágil en las organizaciones utilizando metodologías como el Scrum, no basta con seguir las instrucciones de la metodología al pie de la letra (abordaje técnico) y definir un backlog, realizar daily meetings o desarrollar un MVP en un período acotado de tiempo. Para que todo esto funcione, es necesario cambiar la mentalidad y la dinámica grupal del equipo, y aquí es donde nos topamos con los verdaderos desafíos adaptativos.

Las claves adaptativas ágiles

1.- Equipo autogestionado: La estructura de los equipos en Scrum consiste en células de no más de 10 personas, con un alto grado de autonomía en la gestión de su trabajo. Un equipo en el que todos sus miembros trabajan a la par, con un Product owner que determina el pedido, pero entrega libertad para ver cómo éste se alcanza. Esto puede sonar atractivo, hasta que empiezan a aparecer problemas de coordinación…¿Cómo priorizamos el trabajo? ¿Qué pasa si hay más de una solución posible? ¿o si alguien de otra célula no responde a mi solicitud? El gran desafío adaptativo que traen los equipos autogestionados es dejar de entender el liderazgo como un atributo propio del jefe y empezar a entenderlo como una función que puede ser ejecutada por cualquier miembro del equipo, independiente de su cargo. Dicho de otra manera, el liderazgo es una actividad que se ejerce no una posición que se ocupa.

2.- El cliente al centro: Uno de los principios centrales de las metodologías ágiles consiste en involucrar al cliente final desde el principio e incorporar su feedback durante todo el proceso de desarrollo del producto o servicio. Esto nos ahorrará tiempo y dinero, evidente ¿no? Sin embargo, muy pocas veces hacemos esto, ya que implica un desafío adaptativo no menor, que tiene que ver con dejar de vernos como dueños de la verdad y abrirnos a la posibilidad de que nuestro cliente, a pesar de no ser un experto, sepa mejor que nosotros qué es lo que quiere y cómo lo quiere. Es decir, el experto no es quien tiene todas las respuestas.

3.- La Experimentación: Las metodologías ágiles parten de la base que, al diseñar un producto o servicio nuevo, el primer MVP (mínimo producto viable) será un prototipo para ser testeado, que seguramente habrá que modificar para ser mejorado o que incluso podría desecharse. El gran desafío adaptativo aquí es reencuadrar el error como una posibilidad de aprendizaje, antes que como algo indeseable que debemos evitar a toda costa. Esto implica no sólo desarrollar tolerancia a la frustración, sino que mucho más importante, fomentar una cultura organizacional en la que aquellas personas que se atreven, pero fracasan en el intento son destacadas, no castigadas. De otra manera, difícilmente se atreverán a salir de su zona de confort y tomar riesgos.

En Kite Group contamos con un programa de Liderazgo Adaptativo, en el que transferimos un conjunto de habilidades que permiten la movilización de los equipos desde los desafíos adaptativos.

Por Claudia Vivanco.

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