¿Aprendes de Verdad?: El Modelo 70:20:10 y la Gamificación te desafían

¿Aprendes de Verdad?: El Modelo 70:20:10 y la Gamificación te desafían

¿Y si te dijera que la mayor parte de lo que aprendemos no viene de un aula ni de un libro?

En el agitado mundo del aprendizaje organizacional, hay un modelo que lleva décadas marcando la diferencia: el famoso 70:20:10. Suena técnico, pero detrás de esos números hay una fórmula poderosa para desarrollar talento de verdad. ¿El secreto? Aprender haciendo.

Este enfoque, creado en los años 80 por el equipo del Center for Creative Leadership (CCL), nace de una observación simple, pero reveladora: los líderes no se forman solo con cursos, sino en el campo de batalla diario. Según este modelo, el 70% del aprendizaje proviene de la experiencia directa, el 20% de la interacción con otros y apenas el 10% de la formación formal.
Y sí, aunque cada parte cuenta, la experiencia manda.

Aquí es donde entra en juego una herramienta cada vez más protagonista en el desarrollo de personas: la gamificación. Porque si aprender haciendo es la clave, ¿qué mejor que diseñar experiencias que, además de enseñar, inspiren, reten y enganchen?

El poder del 70%: cuando el aprendizaje se vive

La mayor parte de lo que aprendemos, lo aprendemos haciendo: metiendo las manos, cometiendo errores, ajustando y volviendo a empezar. No es teoría, es práctica viva. Y en el mundo adulto, es así como realmente integramos lo aprendido: cuando lo sentimos, lo aplicamos y lo conectamos con nuestra realidad.

Pero diseñar esas experiencias no es tarea menor. La gran pregunta es:
¿Cómo crear entornos de aprendizaje que no solo informen, sino que transformen?

Gamificación: el turbo que enciende el aprendizaje

Si el aprendizaje experiencial es el motor, la gamificación es ese turbo que lo lleva a otro nivel.

Imagina que aprender no se trata solo de escuchar o leer, sino de sumergirte en una experiencia que te reta, te atrapa y, sin darte cuenta, te transforma. Eso es lo que pasa cuando llevamos los elementos del juego al mundo del aprendizaje. No es jugar por jugar, es convertir el conocimiento en acción, en decisiones reales, en emociones vividas. Es pasar de la teoría a la cancha.

¿Y cómo transforma realmente la experiencia?

Inmersión total, compromiso genuino
Olvídate del típico curso donde pasas las diapositivas sin mirar. Aquí entras en una historia, asumes un rol, enfrentas desafíos. Te metes tanto en la experiencia que te olvidas de que estás aprendiendo… pero estás aprendiendo más que nunca.

El error como maestro
En un entorno gamificado, equivocarse no solo está permitido, está diseñado. Porque cuando fallas sin miedo, cuando puedes probar, ajustar y volver a intentar, ahí es donde pasa lo bueno. El aprendizaje deja de ser lineal y se vuelve real.

Decisiones bajo presión, habilidades afiladas
¿Te ha tocado tomar decisiones difíciles en segundos? Las simulaciones gamificadas te llevan justo ahí: a contextos que imitan la vida real, donde cada elección cuenta. Y cuanto más lo practicas, más natural se vuelve.

Feedback que no espera
Uno de los grandes problemas del aprendizaje tradicional es que el feedback llega tarde, o no llega. En cambio, en un entorno gamificado, sabes al instante si vas por buen camino o si necesitas cambiar de estrategia. Y eso te mantiene en movimiento.

Motivación que se enciende desde dentro
Retos, misiones, recompensas… sí, todo eso ayuda. Pero lo más poderoso es lo que se despierta en ti: las ganas de superarte, de entender más, de hacerlo mejor. Porque cuando el aprendizaje engancha, el resultado llega solo.

Ejemplos de Aplicación de Gamificación en el 70% del Modelo

  • Simulaciones Interactivas: Creación de entornos virtuales donde los empleados practican habilidades en escenarios controlados.
  • Juegos de Rol: Espacios donde los participantes asumen diferentes roles para resolver problemas reales.
  • Retos y Misiones: Diseñar desafíos que los empleados deben completar para aplicar conocimientos en situaciones concretas.
  • Ludificación de Procesos: Incorporación de mecánicas de juego en flujos de trabajo para incentivar la mejora continua.

Aprender, jugar, crecer

El modelo 70:20:10 nos recuerda algo que muchas veces olvidamos: que aprendemos haciendo, equivocándonos, probando y volviendo a intentar. Y si queremos que ese aprendizaje sea significativo, vivo y aplicable, la gamificación es una de nuestras mejores aliadas.

Integrar dinámicas de juego en el desarrollo del talento no es solo una manera de hacerlo más entretenido, es una forma de conectar el conocimiento con la emoción, con la acción, con la realidad. Es diseñar experiencias que se sientan como un desafío real, pero con la seguridad de poder aprender en el camino.

En un mundo que cambia a toda velocidad, donde lo que sabes hoy puede no servir mañana, necesitamos aprender mejor, más rápido, y de forma más profunda.
Y ahí es donde jugar no es perder el tiempo, sino todo lo contrario: es prepararnos para ganar.

¿Te animas a convertir el aprendizaje en una experiencia que realmente deje huella?
Entonces sí, es hora de jugar. Y de aprender como nunca antes.

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